Creo que algo no va bien. Camino mirando el suelo, concretamente mis pies al andar.
Veo mis Converse, creo que elegí el negro perfecto, tapadas ligeramente por el doblez de mis jeans al caerse, siguen el camino de las baldosas, siempre rectas y pequeñas.
Ahora veo planos perfectos para una película. Eso no es buena señal. Lo veo desde fuera. Pienso escenas típicas de películas lentas y con un número tan reducido de escenarios que podría contarlos con los dedos de una mano.
¿Sabes? Perdí esa sonrisa ingenua.
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